sábado, 30 de marzo de 2024

50

No sirve el microondas de la casa. Bueno, sí, pero ahora es un reloj donde puedes guardar el pan o la comida que no se terminan de comer tus hijos. Pequeñas ventanas de tiempo se abren cada vez que se va la luz (o lo desconectas). Cinco minutos cada una, diez veces al día. 5, 6, 7, 8, 9; solo esos botones puedes marcar para volver a poner la hora.

(Cálculo mental para llenar los espacios)

Actos rutinarios. Ciertos botones. Repetir máscaras, día tras día.

Están ahí, pero no puedes presionarlos todos. Saber cuáles. Las posibles reacciones... Sus caras, sus gestos. Silencios incómodos (silencios cómplices). Peladas de ojos (no puedes verlos todos al mismo tiempo)...

Seguir el ritmo con naturalidad. Aprender a hacerlo. Intentar. Fallar. Marcarlo.

(Par de golpecitos sobre el atril)

Una serie de pasos. Cierto orden. Leer de izquierda a derecha. Otras lenguas (otros órdenes). Códigos comunes. Uniformidad. Límites.

(Cuánto de cada uno en el otro)

Lo que hacemos ante lo distinto.

(¿Son máscaras las identidades?)

Guardar cosas, significados, emociones, recuerdos, reflexiones.

Volver cada tanto.

Abrir la puerta.

Encontrarte.

(¿Para quién escribo esto?)

Abres los ojos. Silencio. Sientes que te falta el aire. Sudas. Otra vez...

La ventana de tiempo más próxima.

5:55.

sábado, 25 de febrero de 2023

Origen

Recién vi un video donde le preguntaban a Canserbero sobre las acciones específicas que se debían hacer en los barrios: ¿Talleres?, ¿escuelas de Hip Hop?, ¿entregar mercados? ¿Qué hacer específicamente? Cosas tangibles... Una sola palabra usó para responder: Libros.

STOP

Imagina un mundo en el cual Messi nunca haya tenido la oportunidad de tocar un balón de fútbol. Hendrix, una guitarra. Uno en el cual Saramago nunca hubiese aprendido a leer y escribir.

PLAY

Somos nuestras diferencias. Nuestras habilidades, nuestras limitaciones. Desviarnos del promedio. Máscaras y rostros. Sí y no.

Grandes masas periféricas. Luchándola. Dándole. El barrio. Los barrios.

Todo esto lo escribo desde afuera.

Trato de recordarme de quince años. Qué música escuchaba. Qué me decían. Cuál mi realidad.

STOP

Cuántos Messis, cuántos Hendrixs, cuántos Saramagos.

PLAY

Libros. Información. Cuáles. Cuántos. Quiénes los leerán y qué pasará con ellos. Cuántos y cómo los entenderán. Cómo verán a los que no. Cómo los verán a ellos. Cuánto de lo que eran seguirá dentro.

STOP

Condescender:

1. Acomodarse por bondad o conveniencia al gusto o voluntad de alguien.

2. Aceptar o tolerar con suficiencia o desdén.

PLAY

Recuerdo cuánto me gustaba Soda, cuánto admiraba a Cerati. Cantarle a la vida, al amor, a la existencia del que puede divertirse despreocupadamente. Letras enrevesadas y hermosas. Lo bien que me sentía. Y la nevera siempre estaba llena. Doblar la ropa caliente recién salida de la secadora. El agua de la ducha. Colegio privado con todos los útiles.

STOP
Álvaro José Arroyo González cantando con un balde en la cabeza mientras esperaba en una larga fila para poder llenarlo en la toma pública de Nariño. Su barrio de Cartagena.


PLAY


Ir de pie en el autobús de la universidad. Cantar mentalmente todo Sueño Stereo en el trayecto de Cabimas a Maracaibo. El unísono.


STOP


Joe Arroyo. Rebelarse.


PLAY


Soñaba con el trabajo, con el carro. El aire acondicionado mientras escuchaba la música con la cual crecí. La empresa familiar. Las vacaciones.


STOP


Las costillas mientras el palo va y viene.


PLAY


Salir del odontólogo e ir al único cine sin saber qué proyectaban . Olvidar que era 'Lunes Popular' (saberlo al ver quiénes asistían). Ver que la película era 12 MONOS. Reírme para mis adentros con la boca anestesiada.


STOP


Hacer plata para que te traten como persona y no como rata.


PLAY


'Kini' fue mi sobrenombre en bachillerato. Por el mono de Carlos Donoso.


LEER.


sábado, 2 de julio de 2022

Movimiento

«Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.» Jorge Luis Borges. [Poema Cambridge. Del libro Elogio de la sombra (1969).]


Que las cosas pudiesen quedarse inmóviles siempre me pareció asombroso. No conocía aún la gravedad y nuestro permanente desplazamiento sobre el espacio-tiempo. El Mundo era mi mundo. Buscaba las cosas en el mismo lugar donde recordaba haberlas dejado. Cuando no las encontraba, culpaba a alguien antes que a mi memoria. 

Me sigue asombrando encontrar la misma casa al despertar, todo dispuesto en la cocina justo como lo dejé la noche anterior (cosas de ser el último en acostarse y el primero en despertar). Como si en los espacios que habito el Mundo se detuviese mientras duermo. Despertar para volver a poner todo en movimiento. Volver del sueño para dar vida.
 
Sigue el Mundo afuera, moviéndose. Siguen las cosas donde la gravedad las mantiene. Lo que vemos. Las interacciones que desconocemos.

Exhalar y apretar el gatillo entre latidos. Pretendernos quietos para acertar en la sien, entre los ojos.

Los nombres de los libros, el orden de sus páginas, sus palabras. Los discos, las pinturas, las películas. Todo ha de seguir igual. Nos conforta, nos calma. Ámbitos cerrados. Quietos.

Basta unir dos puntos para crear una recta. El segmento que somos. Nacer en 0, morir en 1. Vivir es movernos.

Segunda taza de café. Miro por la ventana. Se posa una abeja sobre una pequeña flor. Sigo su vuelo hacia otra. Sigue la vida. Movimiento.

Motas de polvo flotan en el aire. En la luz de la mañana. Tan pequeñas que por momentos parecen escapar de la gravedad de la Tierra. De la condena de lo inmóvil. 

Stop.

Una fina película de polvo comienza a cubrirlo todo.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Simultaneidad concatenada

Una colección de discos ordenada alfabéticamente. ABBA, con el control del Nintendo. Genesis, precedido de Apocalyptica. ABACABB para el Modo Gore del Mortal Kombat en el SEGA. ¿Beatles o The Beatles? Versiones que anteceden a sus originales, a sus influencias.

Una parte de mí,
una parte de mí dice: ¡Stop!
Fuiste muy lejos,
no puedo contenerlo.

Todo intento de orden es posterior al temporal. Suponer que todas las piezas encajan.

Bajo, bombo, caja. Simultaneidad concatenada.

Palabra lanzada. Espetada. No retornan, ni la flecha ni la bala. ¿Acaso hay quien pueda detenerlas en el aire que tiembla?

Cuenta mi padre que una vez un amigo quedó con él para buscarnos y llevarnos a un sitio. Cinco o seis años tenía yo. Al momento de presentarme como su hijo ocurrió lo siguiente:
—Mucho gusto. Soy Domingo.
—¿Y qué haces acá?
—Vine a buscarlos. —Dijo de después de mirar a mi padre con asombro.
—Pero hoy es miércoles. —Dije.
(Chesterton sonrió)


Todos nuestros yos atravesados con hilo de tiempo.

sábado, 21 de agosto de 2021

El montón que vamos siendo


Juntamos cosas. Una a una, y vamos siendo. Montoncitos. Monedas de tiempo en nuestra única bolsa. Finitas (imposible contarlas). Todo cuenta con ranuras donde deslizarlas. La nuestra. Sigo el vuelo de un par de pelícanos que planean sobre la orilla. Detenidos sobre una corriente de viento. Casi estáticos, casi fotográficos. Imagino allá abajo cientos de peces, el agua lamiendo la costa. Bajo la mirada, y tras la verja, la avenida. Pedalea, atraviesa mi campo visual. Vuelve a aparecer después de cruzar cada barrote. Atrás va dejando las suyas. Monedas, monedas, monedas. Cada vez menos. Cada vez más. Nuestra única bolsa. El montón que vamos siendo.

Encadenar significados. La unidad que pretendemos.

Afuera está lo otro; lo extraño, lo propio. Dentro, lo propio, lo extraño.

«Durante el embarazo, el trofoblasto es inerte y para el tiempo del parto, es rechazado inmunológicamente tanto por la madre como por el feto. El trofoblasto se puede ver en la mayoría de los casos como una membrana que reviste al neonato al nacer.»

Cuida bien al niño
Cuida bien su mente (8)

Intentar atarlo todo con ayuda de palabras, las perras negras. Cortázar-palabra. Cortázar-referencia. Cortázar-nudo y todo lo que ata. Monedas, monedas, monedas. Pago.

Aparecen ante mí, nacen de un pequeño punto.

El dial de la radio de un futuro perfecto.

La ilusión del tiempo detenido. Del producto cultural que puedes consumir idéntico cada vez. Tú contra el mismo fondo para que veas cuánto has cambiado. Pasas la mano sobre los lomos de libros que leíste y olvidaste. Volver sobre los mismos, sobre un subrayado. La caja de zapatos con fotos. Tu dedo sobre la pantalla. El coro que repites con los ojos cerrados. Una y otra vez. La ilusión de volver sobre lo único e irrepetible.

Monedas, monedas, monedas.

Alguien dijo: Dividirás todo entre siete.

La ilusión de volver.

Sábado.

domingo, 7 de marzo de 2021

Puro

Que yo era el 'Hombre Nuevo' me dijo un día. Alguién muy joven, cuando yo también lo era. Esas cosas solo se dicen cuando se es muy joven (y cuando se es puro). Recuerdo que reí apenado, y lo negué. Algo dije sobre un sitio al cual no se llega nunca pero que indica hacia donde ir. Sentí que hice lo correcto. Sentía que había una línea muy clara que no debía pasar, nunca. Sigue ahí la línea, y yo, tras ella.

¿Cuánto de lo que somos llega a los otros?

El mundo, tal cual era, no me gustaba. Creía poder cambiarlo. Era tan ingenuo. Habitaba aún en mí la esperanza. Enfermaba mi racionalidad. Se colaba en tantos de mis actos. En mis palabras. Insuflaba mi verbo y con él encendía a otros. A tantos.

¿Cuánto de los otros nos hace lo que somos?

El mundo, tal cual es, no me gusta. Sé que no puedo cambiarlo. Ya no soy tan ingenuo. Ya no habita en mí la esperanza. ¿Enferma la racioanlidad? Se cuela en tantos de mis actos. En mis palabras. Insufla mi verbo y apago a los otros. ¿Tantos?

Decía Francis Bacon que la esperanza es un buen desayuno, pero una mala cena. Espero estar cerca del mediodía de mi vida. Almorzar otra cosa y cenar tranquilo con la vida que hice.

Algo dentro de nosotros arde, resuena, ansía. Camina de un lado a otro con las manos en los bolsillos. Se asoma a los ojos, sus ventanas. Busca en los otros, los llama. Quiere ser visto, tomado en cuenta. Participar, estar, compartir, jugar, luchar, crear... Pero, estoy seguro que a todos nos llega el momento en el cual nos hartamos de todo y de todos. Y de ese fuego, simples brasas que únicamente podrán calentar nuestras manos. Puede que con ellas aún podamos crear algo que nos permita continuar acá de alguna forma. Quizá una pequeña chispa baste para algún otro. Quiza un par de líneas bien escritas. 

Fuego de colores. Humo. 

Bálsamo y daga.

viernes, 22 de enero de 2021

Animals

  1. Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo.
  2. Todo lo que camina sobre cuatro patas, nade, o tenga alas, es amigo.
  3. Ningún animal usará ropa.
  4. Ningún animal dormirá en una cama.
  5. Ningún animal beberá alcohol.
  6. Ningún animal matará a otro animal.
  7. Todos los animales son iguales.

Escuché Animals, de Pink Floyd, antes de leer Rebelión en la granja. Un cerdo sobrevuela entre dos chimeneas de la Battersea Power Station. Vinyl. El ruido de la aguja. Si no te importara lo que me pasa. Cada nota, cada acorde, cada palabra, cada maldito elemento percusivo. Dentro, muy dentro.

Llegan ciertas cosas a tu mundo que lo ensanchan, lo hacen más profundo. Más alto. Vives siempre en el presente y todo te viene del pasado.

Uno no es, va siendo. (Stop, Rewind, Stop, Play)

Uno (Stop, Forward, Stop, Play) va siendo.

Como esos cangrejos decoradores (Camposcia retusa) que van tomando cosas y se las montan encima. Así vamos tomando lo que otros van dejando. Pero no (siempre) para camuflarnos. Y nos vamos haciendo. Junto a otros. Y nuestra 'individualidad' estará compuesta de los productos de otras. Carne para algoritmos. Nuestro será el pequeño reino de las particularidades. De lo que creamos. Relación producción-consumo de cultura.

Tiempo para pensar. Tiempo para crear. Tiempo para consumir.

«No hay algo humano fuera de la cultura: los modos en que pensamos la economía, la política, las instituciones están relacionadas necesariamente a estos sentidos comunes, a estos hábitos que se han ido forjando a lo largo de la historia, y a lo largo de los conflictos y de las maneras en que se fueron resolviendo». (Grimson, 2011: 41).

¿Todos los animales son iguales?

Las letras de Waters.

¿Tienes que estar loco, tener una verdadera necesidad?

Dogs.

No sigues siendo el mismo después del minuto 3:42, cuando Gilmour te abre un hueco en el pecho para que te entre más aire en el alma. Lo ensancha aún más en el 3:58. Te preguntas dónde había estado ese puto disco toda tu vida. Luego averiguas que lo publicaron el 21 de enero de 1977, casi tres años antes de tu nacimiento...
Y en el 5:31, Mason redobla para decirte que cierres los ojos (en caso de que aún los tengas abiertos). Terminas de hundirte dentro del LCL. Completadas las nuevas conexiones eres piloto de tu propio Eva. Sigue Mason marcando el ritmo, son esos tus pasos. Y sigues avanzando. Sabes que se va a poner más y más duro a medida que te vayas haciendo viejo. Pero desde ahora será este tu cuchillo progresivo. Tu campo AT. Tu lugar seguro al cual volver. No volarás al sur. No serás arrastrado por la roca hecha con tu sangre.

Luz. Calor. Aire.

Gruñan, Pigs, gruñan. 

Wright. 

Wright. Waters.

Wright. Waters. Gilmour.

Wright. Waters. Gilmour. Mason.

Gran hombre, hombre cerdo, ja, ja, eres una farsa... Con ese maldito cencerro quieres hacerlos desaparecer a todos. A los malos. Y el bajo de Waters te hace fuerte. Enorme...
ja, ja, eres una farsa. La guitarra en todo tu cuerpo. Estás vivo. Así se siente.

Balan. Sheep.

Tomas aire. Teclas. Calma.

Pero el bajo vuelve a aparecer. Sigue ahí, anunciando lo que viene. Percusión. Otra vez estás arriba.
¡Qué sorpresa! Una mirada de sobresalto final en tus ojos. Ahora las cosas son realmente lo que parecen.

Todo se ve diminuto bajo tus enormes pies. De dónde esa luz que todo lo toca. Bastó abrir los ojos para que huyeran las sombras. Viven ahora en los otros.
 
Pink Floyd
es mi pastor, no desearé que me haga caer en la mentira
A través de verdes praderas me guió por las silenciosas aguas.
Con brillantes cuchillos liberó mi alma.
Me colgó con ganchos en lugares altos.
Me convirtió en chuletas de cordero.
Porque tuvo gran poder y gran hambre.
Cuando llegue el día, nosotros los humildes,
a través de una tranquila reflexión y gran dedicación
dominaremos el arte de karate.
Nos levantaremos,
y entonces haremos que se humedezcan los ojos de los necios.

Tocas tu cara. El olor de tus manos. El pulgar y el dedo medio se deslizan sobre tus cejas. Alrededor de tus ojos. El calor de tu respiración.
 
Así que no me siento solo,
Ni siento el peso de la piedra,
Ahora que he encontrado un lugar seguro
Para enterrar mi hueso.
 
(Junto mis manos)
 
Amén.