sábado, 30 de marzo de 2024

50

 

No sirve el microondas de la casa. Bueno, sí, pero ahora es un reloj donde puedes guardar el pan o la comida que no se terminan de comer tus hijos. Pequeñas ventanas de tiempo se abren cada vez que se va la luz (o lo desconectas). Cinco minutos cada una, diez veces al día. 5, 6, 7, 8, 9; solo esos botones puedes marcar para volver a poner la hora.

(Cálculo mental para llenar los espacios)

Actos rutinarios. Ciertos botones. Repetir máscaras, día tras día. 

Están ahí, pero no puedes presionarlos todos. Saber cuáles. Las posibles reacciones... Sus caras, sus gestos. Silencios incómodos  (silencios cómplices). Peladas de ojos (no puedes verlos todos al mismo tiempo)...

Seguir el ritmo con naturalidad. Aprender a hacerlo. Intentar. Fallar. Marcarlo.

(Par de golpecitos sobre el atril)

Una serie de pasos. Cierto orden. Leer de izquierda a derecha. Otras lenguas (otros órdenes). Códigos comunes. Uniformidad. Límites. 

(Cuánto de cada uno en el otro)

Lo que hacemos ante lo distinto.

(¿Son máscaras las identidades?)

Guardar cosas, significados, emociones, recuerdos, reflexiones. 

Volver cada tanto.

Abrir la puerta. 

Encontrarte.

(¿Para quién escribo esto?)

Abres los ojos. Silencio. Sientes que te falta el aire. Sudas. Otra vez...

La ventana de tiempo más próxima.

5:55.