miércoles, 14 de octubre de 2020

A Love Supreme


Negar un dios es negarlos a todos.

Escucho por primera vez A Love Supreme, de John Coltrane.  El disco de un hombre que ya no existe. Que seguirá acá por mucho tiempo. Lo bajé a mi computadora. Sin lado A ni lado B. Sin pausa para voltearlo y pensar en lo que acabas de escuchar.

Dice que hará todo para ser digno de él, que Dios es hermoso. Le pide que nos ayude a resolver nuestras debilidades. Le habla sin palabras a su concepto de Dios (Usa tres, A Love Supreme). Lo coloco en máyuscula pues supongo le habla al dios de los cristianos. Le agradece, lo adora, lo alaba, lo exalta. Dice haberlo visto. Lo ama.

Mi relación con Dios (con cualquiera de ellos) es mi relación con una palabra, un concepto, una cuestión cultural e histórica.

De niño le temía al infierno. Mucho. El suplicio eterno me parecía algo mucho más grande e importante que una eternidad de comer uvas rodeado de nubes. El miedo y el amor peleando en una jaula; todo mi dinero al primero, siempre.

Play, y una multitud de cosas aparecen. Nuestro cerebro toma lo que puede. Así con la música y sus patrones. Con esto que lees. Las palabras pausan y encadenan el sentido. Las notas musicales puede que actúen de otra forma.

Vuelvo al disco varias veces. Ir tras cosas a las cuales querer volver. Run around, around, around, around. Around.

Ya no le temo al infierno. 

No alcanza una vida para nombrarlo todo. Tomamos de aquí y allá. Como locos hacemos nudos. Y nos vamos llenando de cosas que débilmente atamos. Y venía la muerte, y ¡zuas!, las desamarraba.

«Palabras, sonidos, habla, hombres, memoria, pensamientos, miedos y emociones — tiempo — todos relacionados... todos hechos de uno... todos hechos en uno».

Creo entender varias cosas. Lo que otros hombres han hecho para seguir acá.

De todas las religiones puede uno sacar pedacitos llenos de sentido. La visión del todo, la supuesta unidad es la que no me jode. Como la gente esa que licúa las verduras para que no las estén sacando del plato. Te tienes que tragar todo. Cómo negar nuestra individualidad ante la totalidad, y en ella, cada particularidad. De principio a fin en algo que no ha acabado. Que nunca sabremos cómo comenzó ni cómo terminará.

Nos piden renunciar a ciertas preguntas. Pretenden nos conforten sus respuestas.

Cuentan que John Coltrane se encerró en un área de su casa durante varios días, que apenas salía a comer alguna cosa para después volver sobre lo que trabajaba. Compuso la estructura de A Love Supreme sobre la cual el resto de su cuarteto debía agregar sus partes respetándola siempre. Debajo de cada hoja decía: Todos los caminos conducen a Dios. Grabaron el disco el 9 de diciembre de 1964. Al día siguiente hubo otra sesión con un par de músicos adicionales. Apenas se han publicado algunas cosas de ella.

Esto que sigue lo escribió Coltrane, sobre ello va la última suite, la cual, según sus propias palabras, es una recitación musical de dicha oración, hecha por su saxo.

Haré todo lo que pueda para ser digno de Ti, oh Señor.
Todo tiene que ver con eso.
Gracias Dios.
Paz.
No hay otro.
Dios es.
Es tan hermoso.
Gracias Dios.
Dios es todo.
Ayúdanos a resolver nuestros miedos y debilidades.
Gracias Dios.
En Ti todo es posible.
Sabemos.
Dios nos hizo así.
Mantén tu ojo en Dios.
Dios es.
Siempre lo fue.
Siempre lo estará.
No importa qué… es Dios.
Él es clemente y misericordioso.
Lo más importante es que te conozca.
Palabras, sonidos, habla, hombres, memoria, pensamientos, miedos y emociones - tiempo - todos relacionados... todos hechos de uno... todos hechos en uno.
Bendito sea su nombre.
Ondas de pensamiento, ondas de calor, todas vibraciones. todos los caminos conducen a Dios.
Gracias Dios.
Su manera... es tan hermosa... es graciosa.
Es misericordioso, gracias a Dios.
Un pensamiento puede producir millones de vibraciones.
Y todos vuelven a Dios... todo lo hace.
Gracias Dios.
No temas... cree... gracias Dios.
El universo tiene muchas maravillas.
Dios es todo.
Su manera... es tan maravillosa.
Pensamientos - hechos - vibraciones, etc. Todos regresan a Dios y Él los limpia a todos. Él es misericordioso y misericordioso ... gracias a Dios. Gloria a Dios… Dios está tan vivo.
Dios es.
Dios ama.
Que yo sea aceptable a tus ojos.
Todos somos uno en Su gracia.
El hecho de que existamos es un reconocimiento de Ti, oh Señor.
Gracias Dios.
Dios lavará todas nuestras lágrimas... Siempre lo ha hecho... Siempre lo hará.
Búscalo todos los días.
Busca a Dios de todas las formas todos los días.
Cantemos todas las canciones a Dios, a quien toda la alabanza es debida... alabado sea Dios.
Ningún camino es fácil, pero todos vuelven a Dios.
Con todos compartimos a Dios.
Todo está con Dios.
Todo está contigo.
Obedece al Señor. Bendito es Él.
Somos de una cosa... la voluntad de Dios... gracias Dios.
He visto a Dios, he visto a los impíos, nadie puede ser más grande, nadie puede compararse con Dios.
Gracias Dios.
Él nos rehará... Siempre lo ha hecho y siempre lo hará.
Es verdad, bendito sea Su nombre, gracias Dios.
Dios respira a través de nosotros tan completamente... tan suavemente que apenas lo sentimos... sin embargo, es nuestro todo.
Gracias Dios.
ELACIÓN-ELEGANCIA-EXALTACIÓN
Todo de Dios.
Gracias Dios.
Amén.

A quién (o a qué) le damos lo más sublime de nosotros.

domingo, 4 de octubre de 2020

Luz

 
Armar casas,
aladas.
Sostenidas apenas.
Suena el mar.
Lejos,
muy lejos.
Sal.

Solo conozco un mar. Un único lago a tiro de piedra. Cálidos. Toma el agua la forma del recipiente que la contiene. Ancho mar que nos desborda. Tienen las palabras ciertas temperaturas. Ciertos colores. Azul.

Vivimos sumergidos en nuestra lengua. Algo nuestro muere fuera de ella.

Canta Chris Martin en una de esas playas de arenas y aguas oscuras. Tienes frío. Ruge el mar debajo de nórdicas plataformas petroleras. Y le temes. Lleno de cadáveres en Normandía. Y ninguno es el tuyo.

Si bien nunca seremos los mismos, nuestro mar siempre será este.


Estalla el Caribe en cristales de luz.