sábado, 27 de octubre de 2018

Manos


Extender tus manos a la altura de tus ojos. Mirar tus palmas. Sus diez dedos (los que tengas). Las líneas que se dibujan. Tus huellas dactilares. Primeras, segundas y terceras falanges. Tus muñecas y sus tendones. Pulgares oponibles.

Proximal, medial, distal.

Las manitas de tus hijos. Lo pequeñas que son las uñas de sus meñiques. Cuando toman por primera vez alguno de tus dedos.

Manos que aplauden. Que aman.

Que abofetean. Que hacen puños. Que matan.

Amasando pan. Haciendo arepas. Labrando la tierra.

Que convalecen. Que mueren. 

Doblándonos en número.

Cruzadas sobre nuestro cadáver.

Firme alrededor de un bisturí. Sobre las cuerdas de un violín. Limpiando pescados. Cortando otras.

Tomando un par de anillas. Lanzando detrás de la línea de tres. Parando un penal.

Escribiendo.

Abriendo puertas. Cerrándolas.

Jurando sobre tu corazón.

Tapando tus bostezos.

Alternadas sobre un pasamanos.

Estrechando otras con seguridad. Apenas puestas con desdén y desprecio.

Chócala.

Tirando cabelleras. Nalgueando. Apretando cuellos durante el sexo.  

Piedra, papel o tijera. 

Sobre aquello que amas.


(No sabía que escribir y extendí las palmas de mis manos frente a mis ojos)

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